Esta mañana me levanté inspirado y, tras afeitarme (que ya me hacia falta) cogà dos currÃculum y me fui dispuesto a echarlos en museos de Cartagena.
Pero antes he hecho algo. He llamado a la bolsa de trabajo del Ayuntamiento y he dicho que ya no estaba trabajando, para que lo supieran.
A continuación he cogido mi Smart y me he puesto rumbo a la sede de “Cartagena Puerto de Culturas”.
Allà me han atendido tres chicas, azafatas, que han cumplido su misión a la perfección: hacer de primer filtro. De ellas depende que llegue o no el currÃculo a quienes tiene que llegar.
Tras andar un poquito camino al coche y disfrutar del dÃa, me he dirigido a la otra punta de la ciudad: el Museo Arqueológico Municipal.
Allà pregunto directamente por la directora del centro, Elena Ruiz, me presento, le hago ver que la conozco (nos conocemos), y termina agradecida por mi visita.
Pero yo salgo del museo mas contento.
Y dónde están las casualidades?
Aquà vienen.
Tras un mes sin trabajar ni buscar trabajo, hoy que hago esto, después de comer recibo un mensaje al móvil, es de la Empresa de Trabajo Temporal que me apunté allá por Junio, pero que desde ese mismo dÃa no habÃa sabido de ella.
Me dice que necesitan reponedores, que llame a tal numero.
Pero aquà no acaba todo. Hay mas.
Hace un rato me conecto a Internet y tengo un email de una empresa.
Responde a una inscripción de oferta de trabajo que realicé.
Me da un número de teléfono para solicitar entrevista.
Que curioso!
Esta mañana que me levanté inspirado y decidà ponerme a buscar trabajo, me llegan ofertas por todo lados.
Ojala todos los dÃas sean asÃ.