Bunbury: Palosanto (Critica Musical)

El aragonés regresa a lo grande con un álbum bajo el brazo que rompe con lo hecho anteriormente y mira al futuro con aires renovados.

Después de unos días escuchando Palosanto, el nuevo disco de Bunbury, estas son mis impresiones.

Tras el corte de pop a lo Flamingos (2000) de Despierta, empieza el autentico sonido del disco.
Más alto que nosotros solo el cielo, el que será segundo single, continua con el mensaje positivo del primer corte pero con un arreglo mas preciosista con una guitarra que se convierte en protagonista junto a la voz.
Salvavidas supone un contrapunto a casi todo el resto del disco. Tema denso marca de la casa un tanto difícil de escuchar por su lentitud, pero que si aguantamos sin pasar de canción, descubriremos la primera gran aparición del coro góspel.
Los inmortales es posiblemente la mejor y más potente canción del disco. En ella se resume muy bien todos los sonidos del disco: rock, coros góspel y halo de misticismo. La última estrofa recuerda a versos de Jim Morrison.
Prisioneros es un tema que va de menos a más y fácil de escuchar una vez superado el primer estribillo. Como en todas las canciones, una gran interpretación vocal.
Habrá una guerra en las calles tan pegadiza como facilona y Destrucción masiva, un rock sucio, posiblemente tengan mejor titulo que contenido (sobre todo la segunda).
En El cambio y la celebración la electrónica y sintetizadores se mezclan recordándonos en su inicio a Peter Gabriel.

Hijo de cortés, primer corte de la segunda parte, recupera una poesía publicada con anterioridad pasada por la sonoridad de Licenciado Cantinas (2011), con guiño incluido “De Tierra de Fuego a Rio Grande”, subtitulo del disco de versiones.
Mar de dudas, bebe también de la influencia latina, recordando a El Boxeador de Las Consecuencias (2010). Bello bolero.
Miento cuando digo que lo siento, la canción más larga del disco no termina de encajar sus distintos elementos dando como resultado el tema un tanto irregular, que no por ello malo. Aunque al principio cuesta que entre, cuanto más lo escuchas, más gana.
Nostalgias imperiales, una de las grandes sorpresas del disco. Ritmo pegadizo desde el primer segundo y halo místico. La canción va de menos a más, con un gran final.
Plano secuencia regresa por última vez a Latinoamérica, en este caso a Argentina. De bella factura, se encuentra emparentada con canciones de El Tiempo de las Cerezas (2006).
Causalidades es el gran cierre de disco con el espectacular sonido de los sintetizadores que nos recuerdan a Pink Floyd y enlazan con el OVNI de la portada. Cierra el círculo iniciado con Despierta.
Después del gran sonido llega el pequeño/gran vals de Todo, que nos deja con ganas de más, y no porque nos haya sabido a poco, si no porque no queremos salir del sueño hipnótico de Palosanto.

Pero hay que despertar, y al hacerlo, nos queda la sensación de que es su mejor disco con diferencia: el más maduro, contemporáneo y mejor cantado y producido. Echando la vista atrás, el más semejante, por superproducción seria Flamingos (2002), pero cualquier parecido con este es pura casualidad.

Después de escuchar Palosanto
quizás no puedas volver a oír discos antiguos de Bunbury.
Y si no lo has hecho todavía, lo puedes hacer en el canal oficial de Bunbury en Youtube.

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