RECUERDOS DE AFRICA
(Mayo 2005)
Estábamos en un albergue perdido en medio de la estepa africana.
Para llegar hasta el, habíamos pasado el día viajando en la parte de atrás de una camioneta.
Como no había camas para todos, unos dormían en los sacos de dormir situados en el suelo, y otros compartían cama.
Yo era uno de los afortunados que les había tocado dormir sobre un colchón.
Estaba con una chica, pero debido a lo larga que era la cama, mientras ella apoyaba su cabeza en la almohada, la mía quedaba a la altura de su ombligo.
En esa posición, me ponía a contar los botones de su pijama: uno, dos, tres… A la vez que iba ascendiendo.
Una vez a su altura, comenzaba a acariciarle el cuello.
Ella, al notar mi mano, me la cogía y se giraba hacia la pared, dándome la espalada. Pero atrayendo, a la vez, mi cuerpo hacia el suyo…
(Mayo 2005)
Estábamos en un albergue perdido en medio de la estepa africana.
Para llegar hasta el, habíamos pasado el día viajando en la parte de atrás de una camioneta.
Como no había camas para todos, unos dormían en los sacos de dormir situados en el suelo, y otros compartían cama.
Yo era uno de los afortunados que les había tocado dormir sobre un colchón.
Estaba con una chica, pero debido a lo larga que era la cama, mientras ella apoyaba su cabeza en la almohada, la mía quedaba a la altura de su ombligo.
En esa posición, me ponía a contar los botones de su pijama: uno, dos, tres… A la vez que iba ascendiendo.
Una vez a su altura, comenzaba a acariciarle el cuello.
Ella, al notar mi mano, me la cogía y se giraba hacia la pared, dándome la espalada. Pero atrayendo, a la vez, mi cuerpo hacia el suyo…
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