Con @alicia_mendez81
Siguiendo los consejos de WebPsicologos, el camping escogido para pasar el fin de semana fue el de Los Batanes, a pesar de no haberlo incluido en su lista de favoritos.
Salimos de Murcia después de comer y llegamos a las lagunas a media tarde, con el tiempo justo de montar la tienda de campaña, dar una vuelta por el césped de la piscina, y ver el atardecer en la laguna Redondilla.
Laguna Redondilla desde la piscina del camping. |
Siguiendo las indicaciones de nuestros vecinos de parcela, esa noche andamos por el arcén de la carretera, esperando encontrar un cauce de agua y una pequeña cascada, pero no fuimos capaces de encontrarlos, así que regresamos a nuestra tienda y nos acostamos.
Era temprano. Ese día habíamos trabajado los dos.
La mañana siguiente la iniciamos con energías e ilusión. Nos preparamos para hacer senderismo (dos o tres horas), regresar para comer y darnos un baño en la piscina. Pero los planes los cambiamos rápidamente.
Playa en la Laguna de San Pedro. |
Nada más salir del camping, encontramos lo que andábamos buscando la noche anterior, y que por falta de luz no vimos. A la izquierda había un camino que trascurría pegado a un cauce de agua. Cuando lo tomamos, vimos que daba lugar a una pequeña playa, donde entre otras cosas, se alquilaban canoas y cayaks.
Preguntamos cuando costaba, regresamos al camping, nos pusimos el bañador y cambiamos el senderismo a pie, por el remo en la Laguna de San Pedro.
Lástima que hubiéramos dejado las cámaras/móviles en el camping, porque el monitor nos ofreció cajas de plástico para poder echar fotos durante el recorrido. Pero después de haber ido ya a cambiarnos, no era plan de ir de nuevo. Las imágenes que vimos tendrán que permanecer en nuestra memoria.
Zona de cesped en torno a la piscina del camping. |
Después del paseo, nos bañamos en la playa, comimos en el camping y pasamos la tarde en el césped y la piscina. Igual que el día anterior, cuando empezó a atardecer, fuimos a la playa de la Redondilla (no donde habíamos estado por la mañana) y realicé una gran cantidad de fotografías.
Atardecer en la Laguna Redondilla. |
Esa noche, cenamos en uno de los bares en torno al camping. En el chiringuito de la piscina, probamos el coctel de la fiesta ibicenca que había y regresamos a nuestra parcela para jugar una partida a las damas que quedó en tablas.
Como era la última noche que pasábamos en el camping, nos dimos una vuelta por él antes de ir a dormir. Efectivamente, al día siguiente lo dejábamos, pero no por ello, acababa el viaje.
El domingo recogimos nuestros bártulos y pusimos rumbo a Ruidera (pueblo) por la carretera que bordea todas las lagunas. Nos detuvimos en varias de ellas para hacer fotografías y contemplar el paisaje.
Durante el trayecto descubrí –no me había documentado antes– que las lagunas se encuentran a distintas alturas y se comunican mediante pequeñas cascadas.
Salto de agua entre dos lagunas. |
En Ruidera dimos la vuelta y regresamos junto a la playa de la Laguna de San Pedro, donde nos habíamos bañado la mañana anterior. Allí montamos la mesa y las sillas para comer, y descendiendo por la pared de roca, nos bañamos en medio de la laguna, alejados de la masificación de la playa.
Después de este baño, esta vez si, emprendimos rumbo a Murcia. El viaje había acabado. Ahora quedaba compartirlo y narrarlo.
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