lunes, 9 de octubre de 2017

El Poder de la Aceptación

Créditos: Karolina Grabowska (Kaboompics.com)

En esta ocasión quiero hablaros de la aceptación, pero no de procesos de duelos o rupturas, sino de la aceptación de las pequeñas contrariedades que nos van surgiendo en el día a día y hacen que nos cambie el humor.

Antes, ahora ya menos, era una persona que protestaba mucho y me lamentaba constantemente por cosas que me sucedían. Si en algún momento del día me ocurría algo imprevisto, me pasaba el resto del día enfadado. No sabía desconectar del hecho. No sabía aceptar el hecho.

Pero un día me di cuenta que así no era feliz. No podía estar X horas después pensando todavía en un acontecimiento el cual no podía cambiar. Lo único que servía aquello era para generarme sentimientos de impotencia, rabia, tristeza…

A lo largo de cada día nos suceden cosas que no nos gustan o no estaban en nuestros planes: desde comenzar el día cayéndosete la taza de café al suelo, rompiéndose y manchándote los pantalones, hasta cosas más universales como pasar calor por vivir en Murcia un mes de agosto.

En el caso de comenzar con el café en el suelo, la taza rota y los pantalones manchados, tienes dos opciones: enfadarte y pasarte el día enfadado; o decir: "no pasa nada"; y hacer el café de nuevo, barrer y cambiarte de pantalones. Ese tiempo es el mismo que a veces tardas en esperar el ascensor y detenerte en los semáforos en rojo de camino al trabajo.

En el segundo caso, no por maldecir el clima de Murcia, va a dejar de hacer calor. Lo que si puedes hacer es recordar situaciones divertidas en las que pasaste mucho calor (como dormir en verano en una tienda de campaña cerrada para que no entren mosquitos en plena ola de calor) o visualizarte en un lugar fresco (dentro del frigorífico o en medio de un glaciar).

Descubre EL PODER DE LA VISUALIZACIÓN.

Créditos: Karolina Grabowska (Kaboompics.com)

No podemos estar lamentándonos por cosas sobre las que no tenemos control o no podemos cambiar. Lo que si podemos es aceptar que sucede esto y obrar en consecuencia. Parece una tontería, pero no lo es.
Y en el caso de que realmente no haya nada que podamos hacer, siempre nos quedará el humor.

El otro día, después de escribir este artículo, pero antes de publicarlo (esto es un añadido), me fui a duchar porque cuando llegué de trabajar tenía calor. Todavía no sé por qué motivo exactamente, no fui capaz de que saliera agua fría por la ducha. ¡Yo que me quería refrescar, me estaba cociendo bajo los chorros de agua!
Estuve a punto de c*garme en todo y maldecir en voz alta, pero recordé este artículo de la "aceptación" y me obligué a reírme: allí estaba yo asado de calor dándome una ducha con agua caliente. Y allí estuve con el agua ardiendo hasta que me salió una carcajada y me reí en voz alta.

Tu eliges si la situación es cómica o dramática.

Cuando aprendas a aceptar las cosas que te suceden, descubrirás que eres más feliz.
¿Y en eso consiste la vida, no?

¿Y tú? ¿Aceptas las cosas que te suceden?
¿Estás de acuerdo con este artículo?
Si te ha gustado, no dudes en compartirlo.

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